Historia del Cupping, terapia con ventosas
El origen concreto de la terapia de ventosas continúa en la obscuridad ; el consenso es que la acción de la succión ha formado una parte de los sacrificios terapéuticos a lo largo de la crónica de la humanidad , migrando con las tribus humanas a lo largo de las sendas migratorias. Estas viejas culturas utilizaban cuernos de animales ahuecados, huesos, bambú, nueces, conchas marinas y calabazas para purgar del cuerpo picaduras, pústulas, infecciones y lesiones cutáneas, y muchas de ellas siguen utilizándose hoy día. Los antiguos curanderos asimismo empleaban ventosas para sacar los pésimos espíritus del cuerpo y equilibrar los humores. Antes de que se desarrollara el vidrio, se empleaban recipientes de barro y metal para realizar las ventosas.
La terapia de ventosas o cupping se usó en Egipto hace unos 3.500 años, donde su uso está representado en la escritura jeroglífica. La utilización más antiguo de las ventosas es el del popular alquimista y herborista taoísta Ge Hong (281-341 dC). En la antigua Grecia, Hipócrates aconsejaba la utilización de las ventosas para diversas enfermedades , al tiempo que a principios del siglo XX el ilustre médico británico Sir Arthur Keith escribió de qué manera presenció la app de las ventosas con increíble éxito.
Las terapias con ventosas siguieron siendo una constante en el régimen médico profesional en toda Europa. Fue practicada por médicos tan famosos como Galeno (131-200 DC), Paracelso (1493-1541), Ambroise Pare (1509-90) y el cirujano Hables Kennedy (1826).
En China, se han llevado a cabo varias investigaciones sobre las ventosas, y su práctica es uno de los pilares de los centros de salud de medicina tradicional china (MTC) patrocinados por el gobierno. El valor terapéutico primordial de las ventosas se ha documentado durante varios cientos de años de experiencia clínica y subjetiva y ha hecho seguir su aplicación en varios ámbitos.
Las mujeres curanderas de comunidades de todo el planeta practicaban el uso de la succión para purgar, alentar y sanar , transmitiendo sus conocimientos a los aprendices y como tradición familiar. Los estudios transculturales muestran que las mujeres representaban una fuente y también predominación esencial como curanderas en muchas culturas , y que la multitud viajaba a lo largo de días para llegar a una curandera famosa.
Fuentes fiables afirman que las ventosas en toda Europa, África y Asia solían ser realizadas por las mujeres de las comunidades. No obstante , en el siglo XIII, las universidades que incluían estudios biomédicos en sus proyectos de estudio excluían a las mujeres. A pesar TU CLUB DE CURSOS de que la medicina "habitual " no oficial estuvo poco representada, las Mujeres habrían seguido desempeñando un papel esencial en la prestación de servicios sanitarios. Si se les hubiera tolerado formar parte en el campo de la educación superior, sus contribuciones en las modalidades de curación natural, y en especial la utilización seguro y eficiente y la continuidad de las prácticas de ventosas, habrían sido más sustanciales que las de sus homólogos masculinos.
En la época del siglo XIX, el sistema médico occidental había impuesto a la sociedad su modelo científico de medicina, definiendo la medicina como transparente, centrándose en el interior y tratándolo, en vez del exterior.
Debido a que las ventosas (junto con muchas otras artes curativas holísticas) eran un tratamiento de área , eran inconsistentes con este nuevo pensamiento biomédico, que se distanciaba del contacto personal y de las terapias manipulativas de generaciones pasadas.
Aunque la utilización de las ventosas ha seguido siendo popular en muchas etnias de todo el mundo , el siglo XX fue testigo de su disminución generalizada en muchas sociedades anglosajonas.
Incluso los indios de América del Norte utilizaban cuernos de búfalo, conchas marinas, calabazas y huesos para hacer ventosas, pero a medida que su cultura fue dezmada y su gente fue reagrupada en reservas, sus tradiciones de mantenimiento de la salud y curación asimismo se perdieron